Challanges for the Survival of the Cutest
Elvira es un colectivo efímero, que se reúne para proponer un proyecto específico al gabinete de Flora, formado por dos artistas (Luciana Ponte y Juan Guillermo Tamayo) y una curadora (Marilia Loureiro)
Históricamente el gabinete de curiosidades es el espacio que guarda los tesoros y colecciones de cosas extraordinarias encontradas afuera en el mundo. Este “cuarto de maravillas” marca una época de grandes exploraciones y descubrimientos, y a la vez, de grandes explotaciones y colonización. La relación entre conocimiento y dominación es, quizás, uno de los nudos de tensión más importantes en la configuración de estos gabinetes.
Usamos la herencia histórica del gabinete de curiosidades para evocar la infancia como un tiempo que análogamente representa grandes exploraciones y descubrimientos, explotaciones y colonización, encuentros con lo extraordinario y a la vez relaciones de dominación como forma de conocer.
Al traer una porción de naturaleza a la vida citadina se evidencian algunos mecanismos de poder y crueldad travestidos de ternura y afecto. La transformación de naturaleza en cosmético y su domesticación bajo las formas de vida urbanas están casi siempre demasiado neutralizadas, excluyendo sus aspectos inconvenientes.
Challenges for the Survival of the Cutest consiste en una instalación de video de dos canales: una serie de entrevistas acerca de episodios desafortunados con mascotas, relacionados con accidentes o torpezas propias de la niñez, y una edición de videos de cachorros tomados de internet, además de una ambientación que ocupa el Gabinete de Flora con imágenes y objetos provenientes de la industria de productos para mascotas.
Parte del rodaje del material audiovisual tiene lugar en el evento de apertura de la muestra, en donde el público participa contando sus anécdotas.
Lo que nos interesa es montar un gabinete en el cuál convivan la representación de lo tierno con los relatos de episodios desafortunados. Ese cortocircuito entre ambos registros pone en conflicto la propia construcción de imágenes apacibles, como la infancia, las mascotas, la naturaleza, los descubrimientos, la ‘maravilla’, lo tierno y trae a la superficie otras dinámicas que configuran esas relaciones.
Recurrimos al humor y a la memoria como herramientas críticas. Tomamos la risa como instrumento capaz de fisurar la pretensa solidez de los valores y convenciones vigentes, posicionándonos más hacia la insumisión de lo burlesco que a la ficción de la seriedad. El humor abre la posibilidad de la ambigüedad y propone la contradicción como método – ser a la vez violento y amable, incendiario y apacible. La memoria no exactamente como el ‘pasado’, sino como instrumento del presente, que construye contra-narrativas, rompe la naturalización de imágenes y su respectiva producción de afectos.
FLORA ars + natura
mayo de 2016
Bogotá
Este proyecto fue posible gracias al apoyo de algunos amigos, a quienes quisieramos agradecer: Carlos Lerma, Santiago Pinyol, Juan Echeverry, Andrea Quitián Naranjo, Mario Santanilla y a todos los entrevistados que nos regalaron sus anécdotas.
